José Meza, te defiende
Termina un mes en el cual celebramos la libertad e independencia de Chile con un sabor especial. El pueblo definió con lápiz y papel la ruta para ese futuro esplendor prometido para nuestro país, en el cual todos seamos libres, iguales ante la Ley, se respete la propiedad privada y el Estado garantice la seguridad pública, ese fue uno de los grandes mensajes que dejó el resultado del Plebiscito.
Lamentablemente ese sabor especial duró poco, ya que rápidamente la vieja política dejó de lado a las organizaciones sociales y se puso a elucubrar y trazar un camino distinto a lo que los chilenos votaron. Los diálogos por un nuevo proceso constituyente iniciaron con el pie izquierdo, con Chile cediendo y dando garantías, junto con un Gobierno que insiste en imponer su ideología derrotada.
El tiempo apremia y las autoridades siguen perdiendo tiempo y no atenden las verdaderas urgencias sociales. Cada día que La Moneda le dedica tiempo a esta discusión, es un día en que permitimos que la delincuencia cobre víctimas, el terrorismo gane terreno, el crimen internacional se posicione en nuestro territorio y la crisis económica se acentúa con precios difíciles de pagar. Ese es el oscuro presente al cual nos enfrentamos.
Ante la inacción del Ejecutivo, hemos llegado a despertar cada mañana con más de 30 encerronas, ataques incendiarios a la orden del día y una inflación desenfrenada. Necesitamos un Congreso fuerte, los parlamentarios debemos ser capaces de sacar adelante las medidas que los chilenos piden con fuerza, y la sociedad civil debe instar a sus representantes para que legislen sobre las urgencias y se dejen de preocupar por un debate que no lleva a ningún lado, donde solo se dedican a repartir cupos y se miden los egos.
En tiempos de crisis, es cuando más se necesita trabajar para atender el presente, porque si no conseguimos soluciones a los desafíos de hoy, esa promesa de un futuro esplendor solo se oscurece. Aún nos queda camino por recorrer y mi compromiso es mantener la llama encendida para que no nos perdamos y avancemos juntos para salir de la penumbra.
Un abrazo
José Carlos Meza
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