—¿Cuál es su principal desafío como jefe de bancada?
—El trabajo que hicieron Cristóbal Urruticoechea y Chiara Barchiesi se dedicó a la instalación interna y fue muy bueno, se armó un buen equipo en el comité y entre los mismos diputados, y ahora toca dar el paso hacia lo externo. Creo que hemos influido mucho en el Congreso este tiempo, pero toca dar el salto para influir en la opinión pública.
—¿En qué temas han logrado influir dentro del Congreso?
—De partida, si no hubiese sido por nosotros, el acuerdo por la nueva Constitución ya se habría firmado, y no hemos dicho ninguna cosa extraña, simplemente hemos pedido todo este tiempo cosas de sentido común: que el Gobierno se dedique a gobernar y que las reformas se vean en el Congreso, y ahí se discutirá obviamente en la correlación de fuerzas. Hoy en Chile Vamos están usando el concepto de ‘dolores a las personas’, el cual es un sinónimo de urgencias sociales. Hasta el mismo presidente del Senado, Álvaro Elizalde, habla de que hay que preocuparse de la urgencias sociales, el cual es un concepto que instalamos nosotros.
—Pese a estar en contra de un nuevo proceso constituyente, como Partido Republicano, ¿igualmente tratarán de influir en ese acuerdo final?
—La influencia se va a dar, eso es un hecho. Obviamente nos interesa que termine imponiéndose la posición más cercana a lo que nosotros creemos. Formas de influir hay muchas, tú puedes influir en las conversaciones internas; por eso, por ejemplo, nuestra presidenta Ruth Hurtado participa de todas esas conversaciones, pero uno también puede influir desde afuera a través de la postura institucional que adoptemos. ¿Eso qué genera? Que otras bancadas o diputados, que tengan resquemor en el proceso constitucional, sientan que hay agua en la piscina para poder decirlo.
—¿Seguirán hasta el final en la mesa de negociaciones?
—Nosotros vamos a ir analizando reunión a reunión, semana a semana, los sucesos. La orgánica del partido se está reuniendo constantemente, y justamente por eso hemos evitado tomar posiciones tan pétreas, porque al final el principal problema de los negociadores que han participado de esto es que son presos de sus propias palabras.
—¿En qué sentido?
—Comprometerse a cosas sin saber cuál iba a ser el resultado es un error, porque todo lo que prometieron, tanto la izquierda como la centroderecha antes del 4 de septiembre, quedó fuera de juego con el 62%.
—Pero quizá, sin esas promesas, no se llegaba a ese número…
—Eso es ficción, uno no tiene cómo demostrarlo.
Funcionamiento de la bancada
—¿El hecho de que la bancada actúe alineada en casi todas las votaciones pasa por un tema de convicciones o porque existe una instrucción de que sea así?
—Fue un acuerdo que tomamos en la sede del partido el día siguiente de la elección. Nos reunimos todos los diputados electos y la primera y gran conclusión que sacamos fue que la unidad iba a ser nuestro esfuerzo. Así lo acordamos y hemos intentado mantenerlo.
—¿Puede descartar ‘descolgados’ durante su período de jefe de bancada?
—Lo descarto completamente. Hasta el momento no hemos llegado a esa disyuntiva, pero yo sé que pronto llegará, porque habrá temas que te definen como político, o incluso como persona. Hay cuestiones que son tan importantes para el electorado, que nosotros en esos casos lo entenderemos, pero cuando se dé libertad de acción en algún tema, también se decidirá en conjunto.
—¿José Antonio Kast tiene injerencia en las decisiones que toman o son autónomos?
—Él tiene la misma injerencia que podría tener cualquier excandidato presidencial que sacó 3,6 millones de votos en segunda vuelta, es una persona en la cual yo confío mucho, lo considero no solo un amigo, sino que un tremendo consejero, con una experiencia acumulada que yo no tengo. Y más que nada es eso, un consejero con mucha experiencia, la última decisión se toma en el Congreso como bancada.
—El diputado Urruticoechea señaló que una mujer no se ‘desviola’ por abortar. ¿Es una opinión personal o representa a la bancada?
—Yo no me voy a quedar con la discusión semántica de una palabra más o una palabra menos, yo me he querido quedar con el fondo, el drama que vive una mujer al ser violada no se va a borrar ni enmendar, o resarcir, con el drama que se vive al pasar por un aborto, y eso es lo que está detrás del proyecto del diputado Urruticoechea, el cual es una idea que siempre hemos respaldado como bancada.
—Quedándonos en la semántica, ¿no había una forma distinta de expresar esa postura?
—Me quedo con las palabras de nuestra presidenta Ruth Hurtado, a quien no sentí ofendida. Con todo lo que uno dice, siempre alguien puede sentirse ofendido y es entendible, pero nuevamente: nosotros compartimos el fondo, evidentemente cada uno tiene su estilo o forma de comunicar, y eso es parte de la riqueza que tenemos como bancada.
—¿Usted considera que el 11 de septiembre de 1973 Chile ‘eligió la libertad’, tal como expresó José Antonio Kast ese día en su cuenta de Twitter?
—Sí.
—¿Los representa como partido?
—Me representa a mí.
—¿El partido tiene relación alguna con Francisco Muñoz? ¿Usted lo conoce?
—Sí, lo conozco, un par de veces he conversado con él. Me llama profundamente la atención que, habiendo sido muchos de nosotros víctimas de ataques físicos, yo fui recibido a golpes por el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Temuco, sobrino del presidente PC, Guillermo Teillier, y nadie le preguntó a él si tenía relación con su sobrino, o si él le contó lo que hizo. Me llama la atención que nos tomemos tan a la ligera estos actos y que tratemos de apuntar con el dedo a quienes, como nadie, han sido víctimas de violencia política en los últimos cuatro años.
—Pero sobre el vínculo…
—Le pido a cualquiera que crea que existe algún vínculo que lo demuestre, sino el resto es parafernalia.
—¿Les molestó el tuit de la vicepresidenta de la UDI, Isabel Plá, quien emplazó a Kast a pronunciarse para aclarar algún tipo de vínculo?
—El único partido político que históricamente tuvo una relación demostrable con Francisco Muñoz fue la UDI, y yo jamás los apuntaría con el dedo por eso. Yo no escribiría un tuit como ese.
—¿Qué relación tuvo la UDI con Muñoz?
—Cuando era barrista de Colo-Colo. Hay fotos con Gustavo Hasbún (exdiputado del partido) con él, de otros diputados, pero creo que caer en ese juego es inoficioso, considerando que el propio Kast condenó, y ha condenado siempre, cualquier hecho de violencia. Y lo segundo es que aquí hay que hacer una condena de cualquier tipo de acto de presión indebida, pero hay que condenar con mayor fuerza la violencia que vive la gente en las calles, carreteras y poblaciones. Todavía estoy esperando propuestas del Gobierno en esa materia.
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