El diputado José Carlos Meza hace un balance positivo de su primer año en la Cámara Baja, en que le tocó ser jefe de la bancada del Partido Republicano. “Fue un período en que logramos asentar el estilo que queríamos imponer; me tocó partir enfrentándolo con una noticia buena, que fue el triunfo del Rechazo, y una noticia mala: la salida del diputado Gonzalo de la Carrera. Frente a ese escenario, era importante instalar que somos una oposición firme, pero estamos dispuestos a escuchar. Participamos de la mesa de seguridad y nos salimos cuando sentimos que ya no tenía ningún sentido. Pero acá los proyectos de seguridad que son importantes para Chile los hemos votado a favor, asumimos compromisos que hemos cumplido con el Gobierno”, señala.
– ¿Lograron influir en la agenda en este primer año?
Si tomamos en cuenta ambas acusaciones, a la ministra Siches y al ministro Jackson, se vieron dos cámaras de Diputados muy distintitas. Presentamos la acusación a la ministra Siches y hubo un “no” rotundo de todas las fuerzas políticas. Pero en el caso del ministro Jackson logramos aunar voluntades que trascendieron a la bancada e incluso a Chile Vamos, y eso marca que hubo una evolución de cómo el resto de la Cámara de Diputados ve a la bancada del Partido Republicano y de cómo nos comportamos y manejamos dentro del Congreso. Hay un proceso de evidente maduración.
¿Este año seguirán en la línea de fortalecerse como partido o hay espacio para acercarse a Chile Vamos?
Las decisiones que hemos tomado, no solo a nivel electoral, responden al proyecto de país que tenemos y a cómo creemos que se puede alcanzar ese proyecto, no según a lo que el Gobierno o el resto de la oposición haga. Dentro de la oposición hay dos grandes almas: la republicana y la de Chile Vamos, pero dentro del Gobierno, sus dos almas – las de Apruebo Dignidad y el Socialismo Democrático- están mucho más lejos ideológicamente de lo que nosotros podemos estar con partidos como la UDI o RN, y eso se ve en las votaciones. Pero no hacemos nuestra política pensando en lo que nuestros vecinos puedan hacer.
Después del rechazo a la reforma tributaria, ¿hay espacio para mayor convergencia y lograr un bloque más consolidado de oposición?
-Considerando que estuvimos a cuatro votos de lograr la presidencia de la Cámara hace unos meses, sí hay espacio. Cada hecho político que se ha ido dando en el Congreso apunta a generar esa unidad para lograr que la mesa de la Cámara, en este caso, pueda responder con mayor cercanía a la oposición que al Gobierno. El Ejecutivo es minoría en la Cámara y, por tanto, no tiene explicación que tenga la presidencia.
¿Se sumarían a un gran acuerdo tributario, si es que se llega a dar? ¿O se sigue el llamado de Kast a los senadores de rechazar lo que hay?
Lo que hay actualmente es pésimo y había que rechazarlo, desde lo macro hasta lo micro. Se lo hemos dicho al Gobierno en distintas formas e instancias, puede haber un acuerdo en avanzar en combatir la elusión. Si separaran los proyectos, el combate a la elusión y la evasión podría avanzar y terminar siendo aprobado. Tampoco creemos que el SII tenga que convertirse en un juez y una parte en esos casos. Y respecto a recaudación y gasto social, lo que les hemos dicho a los ministros es que deben superar esta lógica de que solo se pueden subir los impuestos y que el gasto social solo se puede financiar con más recaudación.
-Políticamente hablando y en términos eleccionarios, ¿les convendría que Chile Vamos apareciera pactando con el Gobierno, previo a la elección de convencionales?
Eso depende del contenido, del tono, y de la forma en la que un pacto pueda ocurrir. Para nosotros, lo más conveniente es mantenemos en la misma línea que hemos estado. Y eso la gente lo ha sabido valorar hasta el momento, y lo va a saber valorar el 7 de mayo.
Respecto a la campaña, ¿el ciudadano que vote por los republicanos irá a votar por un candidato que va a trancar el proceso o a proponer para que salga un buen texto?
No es honesta esa crítica, saben que no es así. Lo que los republicanos van a ir a hacer a ese proceso es defender las mismas ideas y valores que hemos defendido en todos lados: en el Congreso, campañas, con nuestros concejales y cores. Si alguien cree que eso es trancar una pelota, es que no está entendiendo cómo funciona una democracia.
Y el hecho de que Kast sea la principal cara visible de algunos candidatos ¿no habla de un cierto estancamiento del Partido Republicano?
Habla de todo lo contrario. Hace cinco años José Antonio marcaba un 1% en las encuestas y terminó sacando un 8%. Luego, en la segunda campaña presidencial, nos dijeron que José Antonio ojalá no se presentara, que le iba a quitar votos a Sichel, y fue todo lo contrario. Hoy, por primera vez en cinco años, las mismas encuestas que siempre nos han tratado mal posicionan a José Antonio como uno de los pocos políticos con mayor aprobación positiva que rechazo. Las otras listas no tienen con quién sacarse la foto; los republicanos somos los únicos que tenemos un político de peso, con trayectoria, a quien pedirle apoyo.
Respecto a los 50 años del golpe de Estado, ¿cuál es la definición del Partido Republicano ante esa fecha? ¿Se celebra o se conmemora?
Se recuerda, cada uno lo recordará con la emotividad que le corresponde. Es una cuestión que a mí no me tocó vivir; que, a mi familia, más allá de la crisis económica que se vivió en el gobierno de la UP, no le afectó. Yo lo miro como un hecho histórico, con sus luces y sombras, como también miro la crisis de 1925, la guerra civil del 91., la Guerra del Pacífico. Hay quienes, con justa razón, lo ven como una fecha para recordar con dolor, y a ellos no los puedo juzgar. Y hay otros que lo ven como una fecha de liberación, porque lo pasaron muy mal durante el gobierno de la Unidad Popular. Y a ellos tampoco los voy a juzgar.
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